jueves, 10 de noviembre de 2011

ALGUNAS FESTIVIDADES DE DIA DE MUERTOS EN OAXACA

El Día de Muertos es una de las fiestas más típicas del pueblo mexicano y una de las que mayores raíces tiene. Todos los años se celebran muchas fiestas en todo el mundo. Algunas se relacionan por ser festividades religiosas; otras son fiestas tradicionales. Sin embargo, en México existe una tradición que data desde la época de nuestros antecesores: los aztecas. La fiesta del Día de Muertos se caracteriza por ser una celebración tanto religiosa como tradicional. Los típicos altares, el pan de muerto y las calaveritas de azúcar, las calacas, el papel picado, las flores de cempasúchil las veladoras y las imágenes de los difuntos son algunos de los aspectos que caracterizan tanto a esta tradición. Cabe agregar, que México es el único país que celebra esta fiesta: la del Día de Muertos. 

El estado de Oaxaca se localiza en el sureste de la República Mexicana. Su geografía es una de las más accidentadas del país; en la superficie del estado se combinan serranías, planicies, playas, grutas, cañones y estrechas cañadas.

DIA DE MUERTOS EN  OAXACA

En lo que hoy es Oaxaca convivían varios grupos étnicos antes de la llegada de los españoles, entre los que sobresalían dos: los zapotecos y los mixtecos, alrededor de quienes se desarrolló y desarrolla una parte de la historia del estado. A finales del siglo XV, los aztecas hicieron sentir su presencia al abrir rutas comerciales. El estado ofrece una diversidad de atractivos. En la ciudad de Oaxaca se destaca la belleza de la arquitectura colonial y sus festivales, la diversidad de sus artesanías de barro rojo y negro, de cerámica de pastillaje, de madera pintada y de tejidos con lana teñida con tintes naturales.
El estado de Oaxaca se localiza en el sureste de la República Mexicana. Su geografía es una de las más accidentadas del país; en la superficie del estado se combinan serranías, planicies, playas, grutas, cañones y estrechas cañadas.

 LA SEMANA DE LOS MUERTOS

En realidad aquí no se puede hablar del Día de Finados, lo más apropiado sería decir La Semana de los Muertos. Ocho días antes de la fecha tradicional, la central de abastos se pone a reventar con la venta de artículos y condimentos necesarios para la celebración, que serán colocados en los respectivos altares levantados en los hogares, plazas y cementerios.

La ofrenda a los muertos, es un reflejo fiel de las creencias nativas. Los antiguos habitantes de esta región creían que el alma del difunto hacía acto de presencia en la casa que había habitado en vida. Los familiares, para recibirlos dignamente, ponían al alcance de ellos una serie de ofrendas que consistían principalmente de diferentes platillos: tamales, tortillas, atole, calabazas, codornices y conejos, aderezados según la forma como le gustaba a la persona fallecida. Después de que alma visita el hogar y se ha deleitado con el aroma de las ofrendas, se las llevan a los cementerios para, al pie de las tumbas, repartirlas y disfrutarlas con familiares y amigos.
LLEVANDO LOS ESPIRITUS A CASA
Algunos de los pueblos encienden fogatas en cada esquina de las calles para guiar a las almas por el camino seguro. Desde la calle se hacen caminos con pétalos de cempasúchitl, para conducir el alma hasta el altar que se ha hecho en su memoria. En varias poblaciones, los familiares van a los panteones a depositar las ofrendas florales y a comer, como si fuese un día de campo, entre música, cantos y rezos.

TRADICION PREHISPANICA


Todo Santos tiene sus raíces en la época prehispánica. Los indígenas ofrendaban a sus muertos, de una manera parecida a lo que en la actualidad se hace a través del altar. Los familiares esperaban la llegada o regreso de las almas, asumiendo desde la noche anterior, una actitud humilde, en señal de respeto. Dejaban las ventanas y puertas abiertas, para que ellas entraran a disfrutar de todo lo que les ofrendaban en el altar y así pasaban la noche sus familiares platicándoles sin levantar la vista. Durante la conversación les pedían a sus muertos que cuidaran de ellos y que suplicaran a sus dioses para que les dieran una excelente cosecha y buena pesca.